La astrología es un conjunto de creencias que pretende
conocer y predecir el destino de las personas, y con ese conocimiento
pronosticar los sucesos futuros. Supone el llegar a ese conocimiento mediante
la observación de la posición y el movimiento de los astros. Las personas que
practican la astrología sostienen que las posiciones de estos ejercen
influencia o tienen correlación con los rasgos de la personalidad de la gente,
los sucesos importantes de sus vidas, e incluso sus características físicas.
En la antigüedad, la astrología concurría con la astronomía
(estudio científico de los cielos), pero a medida que la humanidad ha avanzado
en conocimiento y ha entendido mejor la propia realidad, la astrología ha
quedado relegada (al igual que la alquimia) como una reminiscencia. El empleo
de esta disciplina en el mundo actual, con la pretensión de ser conocimiento
válido, la vuelve una pseudociencia.
Cómo puede la ascendencia de Marte en el momento de mi
nacimiento influir sobre mí, ni entonces ni ahora. Yo nací en una habitación
cerrada, la luz de Marte no podía entrar. La única influencia de Marte que
podía afectarme era su gravitación, sin embargo la influencia gravitatoria del
tocólogo era mucho mayor que la influencia gravitatoria de Marte. Marte tiene
mayor masa, pero el tocólogo estaba mucho más cerca.
Carl Sagan en Cosmos: Un viaje personal
La palabra proviene del griego: αστρολογία, de άστρον
(ástron), ‘estrella’ y λόγος (logos) ‘palabra, estudio’, es decir; Estudio de
los cielos.
Historia
En la antigüedad
Los orígenes de la astrología se mezclan con los de la
astronomía, ya que prácticamente todas las civilizaciones han acudido a los
astros tratando de averiguar el destino de los seres humanos.
La astrología, tal y como la conocemos, nació en Babilonia
hace más de 5.000 años. Se trataba de una mezcla de religión, ciencia y
creencias. La parte científica estudiaba la evolución de los astros a lo largo
del tiempo, y detectaba y determinaba la concurrencia de ciertos eventos. La
parte religiosa intentaba determinar relaciones entre los eventos cósmicos y
los sucesos terrenales como la caída de reyes o resultados de batallas.
La observación del cielo proporcionó grandes instrumentos
de cálculo y las bases de la astronomía y astrología actual, de las que destaca
el actual horóscopo, por otra parte ya desfasado puesto que las estrellas sí se
mueven, aunque despacio, a lo largo del tiempo. Otros pueblos desarrollaron su
propia astrología, y aunque se combinaron durante toda la edad antigua
conservaron sus diferencias. Los egipcios, por ejemplo, mejoraban la medición e
incluían los ángulos relativos y no sólo las colisiones.
Después pasó a Grecia y Roma, con predominio del
vocabulario claramente zoroástrico. En Grecia y Egipto empezó a nacer la
astronomía como conocimiento puro separándose de las supersticiones. En Roma se
empezó a denunciar tímidamente a la astrología como superchería.
Ptolomeo en su Almagesto recupera la división clásica
zoroástrica dándole una precisión astronómica a la división del cielo en 12
sectores. En China, de manera independiente, se desarrolló también una
astrología, similar en algunas cosas a la occidental y distinta en otras
muchas.
Edad Media
En sus inicios, el cristianismo —sobre todo los Padres de
la iglesia—, se dio cuenta de que la astrología contradecía la doctrina
católica, pues de algún modo parecía contradecir el libre albedrío. La postura
oficial de la Iglesia Católica fue la del rechazo y condenar a sus seguidores.
San Agustín condenó duramente la astrología, porque
absolvía a los pecadores y le atribuía las culpas «al Creador y gobernante del
cielo y las estrellas». Sin embargo, a pesar de las condenas oficiales, la
astrología se conservó durante el oscurantismo de la Edad Media y con mejor
suerte que el resto de tradiciones paganas, muchas de ellas realmente
perseguidas bajo la acusación de brujería. Lo interesante es que muchos reyes
católicos dentro de sus cortes, eran auxiliados por algún astrólogo, para la
toma de decisiones.
Renacimiento
A partir del siglo XIV la astrología sufrió un duro revés.
Nicolás Copérnico en su obra De revolutiónibus órbium coelestium, propuso que
los planetas se mueven alrededor del Sol, y no en torno a la Tierra, como
creían casi todos los antiguos, incluyendo los astrólogos. Esto invalidaba
todas las predicciones clásicas de la astrología. Paradójicamente, su teoría
contó con gran resistencia por parte de la Iglesia Católica. Porque contradecía
a las escrituras.
En ese momento la astrología se separa de la astronomía y
de la religión. Johannes Kepler manifestó en sus escritos que no creía en la
astrología pero que era el medio habitual de ganarse la vida y conseguir dinero
de reyes y nobles. En esos tiempos difíciles, los astrónomos necesitaban una
excusa para su supervivencia.
Edad Moderna
La astrología sobrevivió al Renacimiento y a la eclosión de
la ciencia adaptándose. Así, los astrólogos desecharon la teoría de los cuatro
humores, aunque se mantuvieran algunos restos. A medida que se fueron
descubriendo nuevos planetas en el Sistema Solar, a Escorpio, Acuario y Piscis,
se les adjudico una nueva regencia. Por lo tanto estos planetas además de tener
su regente actual, tienen como co-regentes a sus primeros planetas. Por
ejemplo, el signo Piscis estaba regido por Júpiter hasta que en 1846 se
descubrió Neptuno, que se transformó en el planeta de dicho signo. Actualmente
Júpiter rige a Sagitario y es co-regente de Piscis y Neptuno, como regente del
signo.
Astrología occidental
Según la astrología occidental, el destino de cada ser
humano se vería afectado en gran medida por el influjo de la posición de los
astros, en el momento y lugar de su nacimiento, a partir de los cuales se
obtiene su carta astral. El movimiento de los astros marcaría la suerte de
individuos, e incluso de grupos, países, negocios, etc.
Los signos del zodíaco
La posición relativa del Sol respecto de las constelaciones
del zodíaco en el momento del nacimiento de una persona determina su signo
astrológico.
Los tamaños y formas de las constelaciones han sido fijados
por convención, siendo de tamaños muy variados. Según esta convención se
aceptan 88 constelaciones claramente delimitadas usando el sistema de coordenadas
estelares.
El mapa astrológico
A diferencia de lo que se piensa habitualmente, la
astrología no se reduce a la definición psicológica de los nativos de los
signos zodiacales. Muestra por el contrario una compleja estructura de la que
forman parte las posiciones de todos los planetas, junto con el Sol y la Luna,
según la visión aparente que tenemos de ellos desde la Tierra. Desde aquí los
vemos en línea con algún signo zodiacal, y el astrólogo entiende entonces por
ejemplo que “la Luna está en Piscis”, o que “tu Mercurio está en Leo”... Cada
uno de los planetas corresponde a un arquetipo que se relaciona con el signo en
el que está emplazado, fusionándose las características de ambos. Lo mencionado
se relaciona con lo que en astrología recibe el nombre de carta astral. Pero la
formación de ésta tiene en cuenta por otra parte, los ángulos que forman los
planetas con la Tierra en un momento dado, unos respecto de otros, y que
reciben el nombre de spectos. Por último, la carta astral tiene su estructura
en las Casas, que corresponden a la división de la superficie de nuestro
planeta en doce secciones, las doce Casas. La marca astrológica que da paso en
el gráfico astral a la primera casa, es bien conocida por su nombre, el
Ascendente. Se trata del signo que asciende por el horizonte en la fecha y hora
de nuestro nacimiento.
La eclíptica
La eclíptica es la banda circular que define el plano que
contiene a la órbita que la Tierra recorre alrededor del Sol. Visto desde la
Tierra, es la región del cielo que recorre el Sol al moverse por el cielo. Los
astrónomos la utilizan como plano fundamental de uno de los sistemas de
referencia para medir la posición relativa de los objetos astronómicos, ya que
permanece muy estable sobre el fondo de las «estrellas fijas».
En este sistema de coordenadas, la posición de un planeta
se calcula usando dos números, análogos a las coordenadas geográficas:
La latitud eclíptica mide la desviación del planeta del
círculo en cuestión, y se mide en grados.
La longitud eclíptica se determina midiendo en el sentido
contrario a las agujas del reloj, la dirección desde el punto cero en la
eclíptica. Toma valores entre 0 y 360°.
El punto cero en la eclíptica se estableció usando el
equinoccio vernal (que significa ‘de la primavera’) en el hemisferio norte —el
21 de marzo— la jornada durante la cual el día y noche tienen la misma duración
en todo el planeta (la palabra «equinoccio» proviene del latín aequi noctium,
que significa ‘igual noche’). Este punto se define matemáticamente usando el
punto de intersección entre el ecuador y la eclíptica (el plano formado por la
órbita de la Tierra). El ecuador celeste se determina por la posición del eje
de la Tierra en el espacio. Si este eje permaneciera siempre estable, el
equinoccio vernal del 21 de marzo sería un punto fijo en el espacio.
Al alcanzar la astronomía un alto desarrollo en la
antigüedad durante la edad helenística entre el 200 a.C. y el 200 de nuestra
era, el equinoccio vernal en el hemisferio norte se situó entre las fronteras
de las constelaciones de las estrellas fijas de Aries y Piscis. Los astrólogos
de la época dividieron el círculo de la eclíptica en doce segmentos iguales de
30° usando este punto cero como un marco de referencia. A estos segmentos se
les dieron los mismos nombres de las constelaciones de estrellas fijas que
quedaban más o menos encuadradas por estas zonas. Es importante distinguir
estos segmentos de 30° de la eclíptica (o signos del zodíaco), de la
constelación zodiacal de estrellas fijas de fondo de las que tomaron su nombre
en el pasado, y que, a diferencia de los signos del zodiaco, no corresponden a
parcelas de la esfera celeste iguales entre si.
La precesión de los equinoccios
Lo mismo que el de una peonza, el eje de la Tierra está
sometido a un movimiento de precesión. Esto es consecuencia de que la Tierra no
tiene una simetría esférica perfecta y de la atracción gravitatoria combinada
de la Luna y el Sol, principalmente. Como resultado, el eje de la Tierra
describe un movimiento cónico alrededor del polo casi-fijo de la eclíptica. Una
rotación completa del eje de la Tierra alrededor del de la eclíptica siguiendo
de este cono toma aproximadamente 26.000 años. Como resultado, el ecuador
celeste también se desplaza, de modo que sus puntos de intersección con la
eclíptica —los puntos equinocciales— se trasladan de este a oeste a lo largo
del círculo de la eclíptica; es decir, en dirección opuesta al zodíaco normal.
El equinoccio vernal, que corresponde al inicio de la
primavera en el hemisferio norte, tarda aproximadamente 26.000 años en hacer
una revolución completa alrededor de la eclíptica; es decir, a través de las
doce constelaciones del zodiaco. Tarda una doceava parte de este tiempo
—aproximadamente 2160 años— para transitar cada signo zodiacal. En la
antigüedad el equinoccio vernal se ubicó entre los signos de Piscis y Aries, y
debido al movimiento de precesión, en la actualidad se ubica en la zona
fronteriza entre las constelaciones de Acuario y Piscis, moviéndose lentamente
hacia Acuario. Debido a que las constelaciones carecen de límites claros, es
difícil definir exactamente cuándo el equinoccio vernal pasará de la
constelación de Piscis a la de Acuario, es decir cuándo comenzará la llamada
Era de Acuario. Dependiendo dónde se dibuje este límite, ocurrirá en algún
momento entre 2100 y 2500 DC.
La astrología occidental no usa el fondo de las estrellas
fijas como referencia, sino que divide la eclíptica en doce segmentos iguales,
de 30 grados cada uno, empezando por el equinoccio vernal y asignándoles los
nombres de las antiguas constelaciones zodiacales, empezando por Aries. El
equinoccio vernal es el punto de referencia a partir del cual se realizan
medidas sobre la eclíptica y sobre el ecuador celeste. A causa de la precesión
de los equinoccios, en la actualidad, el segmento del zodíaco conocido como
Aries se sitúa, en realidad, sobre la constelación de Piscis.
Sólo en algunas áreas específicas de la astrología —como la
astrología mundana que se ocupa de los grandes cambios de época— la relación
entre estas constelaciones de estrellas fijas y la eclíptica se toma en
consideración. De esta manera, se hace referencia a las grandes Eras (de
Piscis, de Acuario, etc.).
Astrologías no occidentales
Otros sistemas no occidentales de astrología trabajan en
alguna medida con técnicas alternativas al sistema coordinado equinoccial
eclíptico usado por los astrólogos occidentales.
La astrología hindú (basada en el texto sánscrito Jyotir
Veda) usa como referencia las estrellas fijas. Esto ha hecho que cada escuela
astrológica de la India utilice un punto cero diferente. De todos modos, aunque
no se sabe cuál es anterior, la astrología hindú es bastante parecida a la
persa y por lo tanto a la occidental. Aunque según los hindúes, su astrología
fue la primera del mundo.
En la astrología china se le da mayor importancia al año de
nacimiento, asignándosele a cada año un signo: dragón, perro, caballo, ratón,
cerdo, mono, cabra, gallo, tigre, buey, serpiente y conejo.
Situación actual
La astrología no es una disciplina científica, ni hace uso
del método científico. La crisis religiosa y la contraposición de algunas
personas contra la ciencia durante los siglos XIX y XX han logrado mantener la
cifra de adeptos en esta creencia, cuya historia se prolonga desde antiguo y
aún permanece vigente. En este sentido, religiones como la católica son muy
críticas con la astrología y condenan su práctica o incluso su creencia. Esto
se debe a que existen muchas personas mediamente religiosas (a veces no muy
practicantes), que suelen creer a la vez tanto en su religión como en la
astrología.
El auge de movimientos como la teosofía o la New Age, vino
a cubrir el hueco que dejaron los rosacruces y otros grupos de índole
esotérica.
Creencia en la astrología (estadísticas actuales)
Aunque las pretensiones de los astrólogos puedan parecer
inverosímiles a la mayoría de las personas, según el estudio Jóvenes Españoles
99 (realizado en 1999 en España por la Fundación Santa María bajo la dirección
del sociólogo Javier Elzo):
El 41% de los jóvenes españoles creía en la astrología y el
horóscopo,
El 33% confiaba en la posibilidad de predecir el futuro,
El 29% en los sanadores espirituales y
El 20% en que existen personas capaces de comunicarse con
el más allá.
Cada día miles de personas de todo el mundo toman
importantes decisiones médicas, profesionales o personales basándose en los
consejos de astrólogos o de publicaciones astrológicas.
La astrología y la precesión de los equinoccios
Uno de los argumentos más comunes usados en contra de la
astrología es que las afirmaciones de los astrólogos quedaron obsoletas hace
mucho tiempo. De hecho la mayoría de los astrólogos hablan de 12 signos zodiacales,
es decir las doce constelaciones, cuando realmente son 13 las constelaciones
que recorre el Sol a su paso por la Eclíptica (incluyendo Ofiuco). No está
reconocida dentro del zodíaco debido a que, a pesar de que ya se conocía en la
antigüedad cuando se formularon las reglas de la astrología, hace 3.000 años
estaba lejos de la eclíptica. Pero con la precesión de los equinoccios se ha
ido introduciendo entre Sagitario y Escorpio, de manera que durante la primera
quincena de diciembre el Sol transita por esa constelación.
No se ha demostrado que los astros tengan alguna influencia
astrológica en las personas. La única influencia comprobada que algunos cuerpos
ejercen en las personas, sobre todo los más cercanos, pueden ser físicos
(atracción gravitatoria) o psíquicos (por creencias personales), sin
posibilidad aparente de dirigir la vida de nadie. Sin embargo, la fuerza
gravitatoria que ejerce sobre un recién nacido el médico que ayuda en el parto
es unas seis veces superior a la del planeta Marte [1] .
Los signos del zodíaco, son dibujos caprichosos que el ser
humano ha diseñado en el cielo con fines orientativos, y varían dependiendo de
cada cultura. También se producen otros desajustes debido a la precisión de los
equinoccios. Por ejemplo, la astrología afirma que alguien nacido el 30 de
marzo tiene el Sol a 10° de Aries; mientras que en realidad el 30 de marzo, el
Sol está claramente entre las estrellas fijas de la constelación de Piscis. La
contradicción se debe a que se miden cosas distintas. En esta fecha el Sol está
en el signo zodiacal de Aries y en las estrellas fijas de la constelación de
Piscis.
Los críticos también señalan la excesiva vaguedad de las
predicciones astrológicas, que permiten ajustarlas a casi cualquier evento
futuro que ocurra, y la generalización que hace la astrología al encasillar a
las personas en 12 signos. Argumentan, por ello, que decir que una persona
nacida bajo el signo de Leo será poderosa y agresiva, es como decir que los
nacidos en Acuario van a ser pescadores, marineros o submarinistas.
Los estudios de Michel Gauquelin
Michel Gauquelin fue un psicólogo francés que realizó un
estudio estadístico entre el momento del nacimiento de un individuo y su
posterior profesión. Descubrió cierta correlación entre la profesión de una
persona y la fecha y hora de nacimiento.
Aunque este estudio en un principio no pudo refutarse,
pronto se empezaron a averiguar varias circunstancias que le restaban
credibilidad.
El caso más claro del estudio fueron los deportistas. Existía
una correlación significativa en la posición de Marte en el momento del
nacimiento con la calidad de los deportistas del estudio. A esta correlación se
la llamó efecto Marte. Sin embargo, se descubrieron una serie de manipulaciones
de los datos del estudio, que terminaron desmintiéndolo:
Algunos deportes entraban dentro de las estadísticas,
mientras que otros (que no cuadraban la correlación, como el baloncesto) fueron
descartados.
Los deportistas tenían que cumplir una serie de
características: ser franceses, belgas u holandeses, haber nacido de forma
natural (las cesáreas no contaban), etc. En realidad, Gauquelin utilizó estas
restricciones para separar a los deportistas que no cumplían la correlación.
Se comprobó que en el caso de algunos deportistas con hermanos
gemelos, éstos tenían una profesión totalmente distinta a la del deportista.
El sistema no era predictivo. Tomando cualquier otra
persona con una fecha de nacimiento favorable, no existía prácticamente ninguna
correlación entre su profesión y su nacimiento.
Además, aunque los astrólogos en un principio cogieron con
gran entusiasmo estas ideas, en realidad Gauquelin rompía con todas las normas
de la astrología, ya que el estudio no tuvo en cuenta ninguna.
En los enlaces externos se puede encontrar información
acerca de los estudios de Gauquelin, en artículos en castellano.
Parejas y su signo zodiacal
Según un estudio de la Universidad de Manchester y en
contra de una creencia habitual de la astrología, no existe una influencia del
signo zodiacal en el matrimonio. Según este estudio no existen combinaciones de
signos zodiacales entre los miembros de un matrimonio que sean más habituales
que otras combinaciones. Esto estaría en contra de la creencia astrológica
habitual de que para cada signo existen otros signos más compatibles que los
otros. Para dicho trabajo se hizo un estudio estadístico sobre el censo
británico de 2001, lo que supone una población de 10 millones de matrimonios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario