Archivo del Blog

domingo, 21 de febrero de 2016

Conocimiento sobre los Astrológicos.


Las constelaciones son grupos de pocas estrellas que el hombre ha dado nombre y forma para poder ubicarse en el cielo y aparentan estar fijas en el cielo. La eclíptica, que es el plano por el que se traslada la Tierra respecto al Sol, es especialmente importante para la astrología. Allí están las doce constelaciones de las «estrellas fijas». En el sentido contrario a las agujas del reloj, son:

Aries
Tauro
Géminis
Cáncer
Leo
Virgo
Libra
Escorpio
Sagitario
Capricornio
Acuario y
Piscis.



La astrología es un conjunto de creencias que pretende conocer y predecir el destino de las personas, y con ese conocimiento pronosticar los sucesos futuros. Supone el llegar a ese conocimiento mediante la observación de la posición y el movimiento de los astros. Las personas que practican la astrología sostienen que las posiciones de estos ejercen influencia o tienen correlación con los rasgos de la personalidad de la gente, los sucesos importantes de sus vidas, e incluso sus características físicas.


En la antigüedad, la astrología concurría con la astronomía (estudio científico de los cielos), pero a medida que la humanidad ha avanzado en conocimiento y ha entendido mejor la propia realidad, la astrología ha quedado relegada (al igual que la alquimia) como una reminiscencia. El empleo de esta disciplina en el mundo actual, con la pretensión de ser conocimiento válido, la vuelve una pseudociencia.

Cómo puede la ascendencia de Marte en el momento de mi nacimiento influir sobre mí, ni entonces ni ahora. Yo nací en una habitación cerrada, la luz de Marte no podía entrar. La única influencia de Marte que podía afectarme era su gravitación, sin embargo la influencia gravitatoria del tocólogo era mucho mayor que la influencia gravitatoria de Marte. Marte tiene mayor masa, pero el tocólogo estaba mucho más cerca.
Carl Sagan en Cosmos: Un viaje personal
La palabra proviene del griego: αστρολογία, de άστρον (ástron), ‘estrella’ y λόγος (logos) ‘palabra, estudio’, es decir; Estudio de los cielos.
Historia

En la antigüedad
Los orígenes de la astrología se mezclan con los de la astronomía, ya que prácticamente todas las civilizaciones han acudido a los astros tratando de averiguar el destino de los seres humanos.
La astrología, tal y como la conocemos, nació en Babilonia hace más de 5.000 años. Se trataba de una mezcla de religión, ciencia y creencias. La parte científica estudiaba la evolución de los astros a lo largo del tiempo, y detectaba y determinaba la concurrencia de ciertos eventos. La parte religiosa intentaba determinar relaciones entre los eventos cósmicos y los sucesos terrenales como la caída de reyes o resultados de batallas.
La observación del cielo proporcionó grandes instrumentos de cálculo y las bases de la astronomía y astrología actual, de las que destaca el actual horóscopo, por otra parte ya desfasado puesto que las estrellas sí se mueven, aunque despacio, a lo largo del tiempo. Otros pueblos desarrollaron su propia astrología, y aunque se combinaron durante toda la edad antigua conservaron sus diferencias. Los egipcios, por ejemplo, mejoraban la medición e incluían los ángulos relativos y no sólo las colisiones.

Después pasó a Grecia y Roma, con predominio del vocabulario claramente zoroástrico. En Grecia y Egipto empezó a nacer la astronomía como conocimiento puro separándose de las supersticiones. En Roma se empezó a denunciar tímidamente a la astrología como superchería.

Ptolomeo en su Almagesto recupera la división clásica zoroástrica dándole una precisión astronómica a la división del cielo en 12 sectores. En China, de manera independiente, se desarrolló también una astrología, similar en algunas cosas a la occidental y distinta en otras muchas.

Edad Media
En sus inicios, el cristianismo —sobre todo los Padres de la iglesia—, se dio cuenta de que la astrología contradecía la doctrina católica, pues de algún modo parecía contradecir el libre albedrío. La postura oficial de la Iglesia Católica fue la del rechazo y condenar a sus seguidores.

San Agustín condenó duramente la astrología, porque absolvía a los pecadores y le atribuía las culpas «al Creador y gobernante del cielo y las estrellas». Sin embargo, a pesar de las condenas oficiales, la astrología se conservó durante el oscurantismo de la Edad Media y con mejor suerte que el resto de tradiciones paganas, muchas de ellas realmente perseguidas bajo la acusación de brujería. Lo interesante es que muchos reyes católicos dentro de sus cortes, eran auxiliados por algún astrólogo, para la toma de decisiones.


Renacimiento
A partir del siglo XIV la astrología sufrió un duro revés. Nicolás Copérnico en su obra De revolutiónibus órbium coelestium, propuso que los planetas se mueven alrededor del Sol, y no en torno a la Tierra, como creían casi todos los antiguos, incluyendo los astrólogos. Esto invalidaba todas las predicciones clásicas de la astrología. Paradójicamente, su teoría contó con gran resistencia por parte de la Iglesia Católica. Porque contradecía a las escrituras.

En ese momento la astrología se separa de la astronomía y de la religión. Johannes Kepler manifestó en sus escritos que no creía en la astrología pero que era el medio habitual de ganarse la vida y conseguir dinero de reyes y nobles. En esos tiempos difíciles, los astrónomos necesitaban una excusa para su supervivencia.


Edad Moderna
La astrología sobrevivió al Renacimiento y a la eclosión de la ciencia adaptándose. Así, los astrólogos desecharon la teoría de los cuatro humores, aunque se mantuvieran algunos restos. A medida que se fueron descubriendo nuevos planetas en el Sistema Solar, a Escorpio, Acuario y Piscis, se les adjudico una nueva regencia. Por lo tanto estos planetas además de tener su regente actual, tienen como co-regentes a sus primeros planetas. Por ejemplo, el signo Piscis estaba regido por Júpiter hasta que en 1846 se descubrió Neptuno, que se transformó en el planeta de dicho signo. Actualmente Júpiter rige a Sagitario y es co-regente de Piscis y Neptuno, como regente del signo.


Astrología occidental
Según la astrología occidental, el destino de cada ser humano se vería afectado en gran medida por el influjo de la posición de los astros, en el momento y lugar de su nacimiento, a partir de los cuales se obtiene su carta astral. El movimiento de los astros marcaría la suerte de individuos, e incluso de grupos, países, negocios, etc.


Los signos del zodíaco
La posición relativa del Sol respecto de las constelaciones del zodíaco en el momento del nacimiento de una persona determina su signo astrológico.


Los tamaños y formas de las constelaciones han sido fijados por convención, siendo de tamaños muy variados. Según esta convención se aceptan 88 constelaciones claramente delimitadas usando el sistema de coordenadas estelares.


El mapa astrológico
A diferencia de lo que se piensa habitualmente, la astrología no se reduce a la definición psicológica de los nativos de los signos zodiacales. Muestra por el contrario una compleja estructura de la que forman parte las posiciones de todos los planetas, junto con el Sol y la Luna, según la visión aparente que tenemos de ellos desde la Tierra. Desde aquí los vemos en línea con algún signo zodiacal, y el astrólogo entiende entonces por ejemplo que “la Luna está en Piscis”, o que “tu Mercurio está en Leo”... Cada uno de los planetas corresponde a un arquetipo que se relaciona con el signo en el que está emplazado, fusionándose las características de ambos. Lo mencionado se relaciona con lo que en astrología recibe el nombre de carta astral. Pero la formación de ésta tiene en cuenta por otra parte, los ángulos que forman los planetas con la Tierra en un momento dado, unos respecto de otros, y que reciben el nombre de spectos. Por último, la carta astral tiene su estructura en las Casas, que corresponden a la división de la superficie de nuestro planeta en doce secciones, las doce Casas. La marca astrológica que da paso en el gráfico astral a la primera casa, es bien conocida por su nombre, el Ascendente. Se trata del signo que asciende por el horizonte en la fecha y hora de nuestro nacimiento.


La eclíptica
La eclíptica es la banda circular que define el plano que contiene a la órbita que la Tierra recorre alrededor del Sol. Visto desde la Tierra, es la región del cielo que recorre el Sol al moverse por el cielo. Los astrónomos la utilizan como plano fundamental de uno de los sistemas de referencia para medir la posición relativa de los objetos astronómicos, ya que permanece muy estable sobre el fondo de las «estrellas fijas».

En este sistema de coordenadas, la posición de un planeta se calcula usando dos números, análogos a las coordenadas geográficas:

La latitud eclíptica mide la desviación del planeta del círculo en cuestión, y se mide en grados.
La longitud eclíptica se determina midiendo en el sentido contrario a las agujas del reloj, la dirección desde el punto cero en la eclíptica. Toma valores entre 0 y 360°.
El punto cero en la eclíptica se estableció usando el equinoccio vernal (que significa ‘de la primavera’) en el hemisferio norte —el 21 de marzo— la jornada durante la cual el día y noche tienen la misma duración en todo el planeta (la palabra «equinoccio» proviene del latín aequi noctium, que significa ‘igual noche’). Este punto se define matemáticamente usando el punto de intersección entre el ecuador y la eclíptica (el plano formado por la órbita de la Tierra). El ecuador celeste se determina por la posición del eje de la Tierra en el espacio. Si este eje permaneciera siempre estable, el equinoccio vernal del 21 de marzo sería un punto fijo en el espacio.

Al alcanzar la astronomía un alto desarrollo en la antigüedad durante la edad helenística entre el 200 a.C. y el 200 de nuestra era, el equinoccio vernal en el hemisferio norte se situó entre las fronteras de las constelaciones de las estrellas fijas de Aries y Piscis. Los astrólogos de la época dividieron el círculo de la eclíptica en doce segmentos iguales de 30° usando este punto cero como un marco de referencia. A estos segmentos se les dieron los mismos nombres de las constelaciones de estrellas fijas que quedaban más o menos encuadradas por estas zonas. Es importante distinguir estos segmentos de 30° de la eclíptica (o signos del zodíaco), de la constelación zodiacal de estrellas fijas de fondo de las que tomaron su nombre en el pasado, y que, a diferencia de los signos del zodiaco, no corresponden a parcelas de la esfera celeste iguales entre si.


La precesión de los equinoccios
Lo mismo que el de una peonza, el eje de la Tierra está sometido a un movimiento de precesión. Esto es consecuencia de que la Tierra no tiene una simetría esférica perfecta y de la atracción gravitatoria combinada de la Luna y el Sol, principalmente. Como resultado, el eje de la Tierra describe un movimiento cónico alrededor del polo casi-fijo de la eclíptica. Una rotación completa del eje de la Tierra alrededor del de la eclíptica siguiendo de este cono toma aproximadamente 26.000 años. Como resultado, el ecuador celeste también se desplaza, de modo que sus puntos de intersección con la eclíptica —los puntos equinocciales— se trasladan de este a oeste a lo largo del círculo de la eclíptica; es decir, en dirección opuesta al zodíaco normal.

El equinoccio vernal, que corresponde al inicio de la primavera en el hemisferio norte, tarda aproximadamente 26.000 años en hacer una revolución completa alrededor de la eclíptica; es decir, a través de las doce constelaciones del zodiaco. Tarda una doceava parte de este tiempo —aproximadamente 2160 años— para transitar cada signo zodiacal. En la antigüedad el equinoccio vernal se ubicó entre los signos de Piscis y Aries, y debido al movimiento de precesión, en la actualidad se ubica en la zona fronteriza entre las constelaciones de Acuario y Piscis, moviéndose lentamente hacia Acuario. Debido a que las constelaciones carecen de límites claros, es difícil definir exactamente cuándo el equinoccio vernal pasará de la constelación de Piscis a la de Acuario, es decir cuándo comenzará la llamada Era de Acuario. Dependiendo dónde se dibuje este límite, ocurrirá en algún momento entre 2100 y 2500 DC.

La astrología occidental no usa el fondo de las estrellas fijas como referencia, sino que divide la eclíptica en doce segmentos iguales, de 30 grados cada uno, empezando por el equinoccio vernal y asignándoles los nombres de las antiguas constelaciones zodiacales, empezando por Aries. El equinoccio vernal es el punto de referencia a partir del cual se realizan medidas sobre la eclíptica y sobre el ecuador celeste. A causa de la precesión de los equinoccios, en la actualidad, el segmento del zodíaco conocido como Aries se sitúa, en realidad, sobre la constelación de Piscis.

Sólo en algunas áreas específicas de la astrología —como la astrología mundana que se ocupa de los grandes cambios de época— la relación entre estas constelaciones de estrellas fijas y la eclíptica se toma en consideración. De esta manera, se hace referencia a las grandes Eras (de Piscis, de Acuario, etc.).


Astrologías no occidentales
Otros sistemas no occidentales de astrología trabajan en alguna medida con técnicas alternativas al sistema coordinado equinoccial eclíptico usado por los astrólogos occidentales.

La astrología hindú (basada en el texto sánscrito Jyotir Veda) usa como referencia las estrellas fijas. Esto ha hecho que cada escuela astrológica de la India utilice un punto cero diferente. De todos modos, aunque no se sabe cuál es anterior, la astrología hindú es bastante parecida a la persa y por lo tanto a la occidental. Aunque según los hindúes, su astrología fue la primera del mundo.

En la astrología china se le da mayor importancia al año de nacimiento, asignándosele a cada año un signo: dragón, perro, caballo, ratón, cerdo, mono, cabra, gallo, tigre, buey, serpiente y conejo.


Situación actual
La astrología no es una disciplina científica, ni hace uso del método científico. La crisis religiosa y la contraposición de algunas personas contra la ciencia durante los siglos XIX y XX han logrado mantener la cifra de adeptos en esta creencia, cuya historia se prolonga desde antiguo y aún permanece vigente. En este sentido, religiones como la católica son muy críticas con la astrología y condenan su práctica o incluso su creencia. Esto se debe a que existen muchas personas mediamente religiosas (a veces no muy practicantes), que suelen creer a la vez tanto en su religión como en la astrología.

El auge de movimientos como la teosofía o la New Age, vino a cubrir el hueco que dejaron los rosacruces y otros grupos de índole esotérica.


Creencia en la astrología (estadísticas actuales)
Aunque las pretensiones de los astrólogos puedan parecer inverosímiles a la mayoría de las personas, según el estudio Jóvenes Españoles 99 (realizado en 1999 en España por la Fundación Santa María bajo la dirección del sociólogo Javier Elzo):

El 41% de los jóvenes españoles creía en la astrología y el horóscopo,
El 33% confiaba en la posibilidad de predecir el futuro,
El 29% en los sanadores espirituales y
El 20% en que existen personas capaces de comunicarse con el más allá.
Cada día miles de personas de todo el mundo toman importantes decisiones médicas, profesionales o personales basándose en los consejos de astrólogos o de publicaciones astrológicas.


La astrología y la precesión de los equinoccios
Uno de los argumentos más comunes usados en contra de la astrología es que las afirmaciones de los astrólogos quedaron obsoletas hace mucho tiempo. De hecho la mayoría de los astrólogos hablan de 12 signos zodiacales, es decir las doce constelaciones, cuando realmente son 13 las constelaciones que recorre el Sol a su paso por la Eclíptica (incluyendo Ofiuco). No está reconocida dentro del zodíaco debido a que, a pesar de que ya se conocía en la antigüedad cuando se formularon las reglas de la astrología, hace 3.000 años estaba lejos de la eclíptica. Pero con la precesión de los equinoccios se ha ido introduciendo entre Sagitario y Escorpio, de manera que durante la primera quincena de diciembre el Sol transita por esa constelación.

No se ha demostrado que los astros tengan alguna influencia astrológica en las personas. La única influencia comprobada que algunos cuerpos ejercen en las personas, sobre todo los más cercanos, pueden ser físicos (atracción gravitatoria) o psíquicos (por creencias personales), sin posibilidad aparente de dirigir la vida de nadie. Sin embargo, la fuerza gravitatoria que ejerce sobre un recién nacido el médico que ayuda en el parto es unas seis veces superior a la del planeta Marte [1] .

Los signos del zodíaco, son dibujos caprichosos que el ser humano ha diseñado en el cielo con fines orientativos, y varían dependiendo de cada cultura. También se producen otros desajustes debido a la precisión de los equinoccios. Por ejemplo, la astrología afirma que alguien nacido el 30 de marzo tiene el Sol a 10° de Aries; mientras que en realidad el 30 de marzo, el Sol está claramente entre las estrellas fijas de la constelación de Piscis. La contradicción se debe a que se miden cosas distintas. En esta fecha el Sol está en el signo zodiacal de Aries y en las estrellas fijas de la constelación de Piscis.

Los críticos también señalan la excesiva vaguedad de las predicciones astrológicas, que permiten ajustarlas a casi cualquier evento futuro que ocurra, y la generalización que hace la astrología al encasillar a las personas en 12 signos. Argumentan, por ello, que decir que una persona nacida bajo el signo de Leo será poderosa y agresiva, es como decir que los nacidos en Acuario van a ser pescadores, marineros o submarinistas.


Los estudios de Michel Gauquelin
Michel Gauquelin fue un psicólogo francés que realizó un estudio estadístico entre el momento del nacimiento de un individuo y su posterior profesión. Descubrió cierta correlación entre la profesión de una persona y la fecha y hora de nacimiento.

Aunque este estudio en un principio no pudo refutarse, pronto se empezaron a averiguar varias circunstancias que le restaban credibilidad.

El caso más claro del estudio fueron los deportistas. Existía una correlación significativa en la posición de Marte en el momento del nacimiento con la calidad de los deportistas del estudio. A esta correlación se la llamó efecto Marte. Sin embargo, se descubrieron una serie de manipulaciones de los datos del estudio, que terminaron desmintiéndolo:

Algunos deportes entraban dentro de las estadísticas, mientras que otros (que no cuadraban la correlación, como el baloncesto) fueron descartados.
Los deportistas tenían que cumplir una serie de características: ser franceses, belgas u holandeses, haber nacido de forma natural (las cesáreas no contaban), etc. En realidad, Gauquelin utilizó estas restricciones para separar a los deportistas que no cumplían la correlación.

Se comprobó que en el caso de algunos deportistas con hermanos gemelos, éstos tenían una profesión totalmente distinta a la del deportista.
El sistema no era predictivo. Tomando cualquier otra persona con una fecha de nacimiento favorable, no existía prácticamente ninguna correlación entre su profesión y su nacimiento.
Además, aunque los astrólogos en un principio cogieron con gran entusiasmo estas ideas, en realidad Gauquelin rompía con todas las normas de la astrología, ya que el estudio no tuvo en cuenta ninguna.

En los enlaces externos se puede encontrar información acerca de los estudios de Gauquelin, en artículos en castellano.
Parejas y su signo zodiacal
Según un estudio de la Universidad de Manchester y en contra de una creencia habitual de la astrología, no existe una influencia del signo zodiacal en el matrimonio. Según este estudio no existen combinaciones de signos zodiacales entre los miembros de un matrimonio que sean más habituales que otras combinaciones. Esto estaría en contra de la creencia astrológica habitual de que para cada signo existen otros signos más compatibles que los otros. Para dicho trabajo se hizo un estudio estadístico sobre el censo británico de 2001, lo que supone una población de 10 millones de matrimonios.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario